8/21/2023

LOS OFICIOS DE APÓSTOL Y PROFETA NO ESTÁ VIGENTE EL DÍA DE HOY

 


ARGUMENTOS BÍBLICOS PARA MANTENER LA POSTURA DE QUE EL OFICIO DEL APÓSTOL NO ESTÁ VIGENTE EL DÍA DE HOY.

 LOS REQUISITOS DEL APÓSTOL

Antes, Cualquier persona  no podía llamarse apóstol. Había algunos requisitos para ello. Uno de ellos era que hubiera sido testigo del Cristo resucitado. Esa parece ser la implicación que da Pedro antes de elegir a Matías, quien reemplazaría a Judas Iscariote (ver Hch 1:22). 

Esta interpretación se hace más sólida cuando el mismo autor de Hechos se toma tiempo para mostrar detalladamente que Pablo había visto al Cristo resucitado en el camino a Damasco (Hch 9; nota que el episodio se detalla de nuevo en los capítulos 22 y 26). Pablo hace énfasis después en que había sido Jesucristo mismo quien lo había llamado como apóstol: “Pablo, apóstol, no de parte de hombres ni mediante hombre alguno, sino por medio de Jesucristo y de Dios el Padre que lo resucitó de entre los muertos” (Gá 1:1). Sobre esto dice el teólogo Tom Schreiner: “para calificar como un apóstol, uno debía ser comisionado como apóstol y haber visto al Cristo resucitado”. El apóstol Pablo también habla a la iglesia en Corinto sobre las señales de los apóstoles: “Entre ustedes se operaron las señales de un verdadero apóstol, con toda perseverancia, por medio de señales, prodigios, y milagros” (2 Co 12:12). Aunque no es el punto de este artículo, es posible argumentar exegética, teológica, e históricamente que estas señales de apóstol ya no existen hoy. Además de todo lo anterior, Pablo se ve a sí mismo como el último de los apóstoles: “Después se apareció a Jacobo, luego a todos los apóstoles. Y al último de todos [los apóstoles], como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí” (1 Co 15:7–8). Llama la atención, adicionalmente, que cuando muere Jacobo no vemos que hubiera una reunión para llamar a otro apóstol más (Hch 12). Es decir, no hay sucesión apostólica; más bien, “la autoridad apostólica está puesta en las Escrituras, en el canon. Las Escrituras constituyen nuestra sola y final autoridad, y la enseñanza de los apóstoles está preservada en el testimonio de las Escrituras”.

HAY QUE TENER CUIDADO CON la Iglesia que dice ser guiada por apóstoles, porque estos hombres o mujeres  ejercen una influencia más bien autoritaria sin mayor referencia escritural, dictando la vida de sus seguidores. Esto es extremadamente peligroso, y debemos, con cuidado pero con firmeza, DENUNCIAR ESE ERROR QUE HA HECHO ESTRAGOS EN LA VIDA DE MILES.

¿EXISTEN EN LA ACTUALIDAD VERDADEROS PROFETAS? NO CLARO QUE NO.

El don de profecía fue UN DON TEMPORAL DADO POR CRISTO para establecer la iglesia. Los profetas fueron fundamentales para la iglesia (Efesios 2:20). El profeta proclamaba un mensaje de parte del Señor para los creyentes del primer siglo. A veces el mensaje de un profeta era revelador (una nueva revelación y verdad de Dios), y a veces el mensaje de un profeta era profético (ver Hechos 11:28 y 21:10). Los cristianos primitivos no tenían la Biblia completa, y algunos de ellos no tuvieron acceso a ninguno de los libros del Nuevo Testamento. Los profetas del Nuevo Testamento "suplieron la carencia," proclamando el mensaje de Dios a las personas que no tenían acceso a éste de otro modo. El último libro del Nuevo Testamento (el Apocalipsis) no fue completado sino hasta finales del primer siglo. Así que, el Señor envió a profetas a su pueblo para proclamar la Palabra de Dios.

 ¿HAY EN LA ACTUALIDAD VERDADEROS PROFETAS?

No, esto debido a que si el propósito de un profeta era revelar la verdad de Dios, ¿POR QUÉ NECESITARÍAMOS PROFETAS HOY, SI YA TENEMOS LA COMPLETA REVELACIÓN DE DIOS EN LA BIBLIA? Si los profetas fueron el "fundamento" de la iglesia primitiva, ¿todavía estamos construyendo el "fundamento" hoy en día? ¿Puede Dios darle a alguien un mensaje para otra persona? ¡Desde luego! ¿Le revela Dios la verdad a alguien de una manera sobrenatural y le permite dar ese mensaje a otros? ¡Desde luego! Pero ¿es este el don bíblico de la profecía? No.

No te dejes engañar estudia la palabra de DIOS.

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