3/16/2023

LOS DOS PACTOS.

LAS LEYES DEL ANTIGUO PACTO NO SON PARA NOSOTROS EN ESTE TIEMPO

 Las leyes del Antiguo Pacto no son para nosotros en este tiempo

La palabra pacto significa acuerdo, testamento,o convenio. Cuando hablamos de los dos pactos, o del Antiguo y nuevo pacto, nos referimos al primero  hecho por Dios con Israel a través de Moisés, y al segundo, que siglos después hizo con todo hombre a través de Jesucristo.

CONOZCAMOS QUE SIGNIFICA AYO. La referencia de Pablo al "ayo" Gál. 3:24) de estas escuelas romanas, fue primeramente mal entendida por muchos, hasta que los escritos papiros arrojaron luz sobre su significado. El individuo llamado en nuestra traducción "ayo" realmente no era el jefe o maestro: más bien un esclavo fiel cuya obligación era llevar y a los hijos de su jefe a la escuela y cuidar de que no les sucediera algún mal. Pablo comparaba a Cristo con el maestro real, y la ley era semejante el esclavo cuya obligación era llevar al alumno al maestro.

I- UN POCO DE HISTORIA.

Desde la creación del mundo, hasta que el Señor entregó las leyes a Moisés en el monte Sinaì hubo un periodo de tiempo de casi 2500 años. Este período es conocido como la era patriarcal. Se le llama así porque  a los jefes de familia o patriarcas era a quienes Dios le revelaba su voluntad.

En este período Dios hizo pacto con Adán (Génesis 2), Con Noé (Génesis 9), Con Abraham (Génesis 12:1-3), con Isaac (Génesis 26:3,4) y con Jacob (Génesis 28:13,14). Todos ellos eran patriarcas o cabezas de familia.

Estos últimos tres (Abraham, Isaac y Jacob) fueron los padres  de la nación de Israel de la cual vino el Mesías; Nuestro Señor Jesucristo, el cual es la simiente de la mujer, prometida para rescatar al hombre de su caída en el pecado (Véase Génesis 3:15 + Gàlatas 4:4,5).

De manera que Dios eligió a Abraham para hacer de él una gran nación y por medio de esa nación traer al Cristo.   Le prometió a Abraham que salvaría al hombre por medio de la fe en la simiente o descendencia de Abraham que es Cristo (Gàlatas 3:8,9,16).

Sin embargo, unos 430 años después de haber dado esta promesa a Abraham, Jehová Dios le da a la nación que vino de los lomos de Abrahan; entiéndase Israel, una ley para que la guardara y viviera por ella. ¿Acaso no hay una contradicción ahí? ¿Acaso la ley no anula la promesa?. La respuesta de las Escrituras es que no (Gàlatas 3:17,18). La pregunta que surge entonces es: ¿Para qué sirve la ley?.

II- ¿CUÁL FUE EL PROPÓSITO DE LA LEY?

Gàlatas 3:19 dice: “Entonces, ¿Para qué sirve la ley? Fue AÑADIDA A CAUSA DE LAS TRANSGRESIONES, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.”.

Si analizamos detenidamente el texto Bíblico veremos que nos da mucha información sobre el propósito de esa ley que fue la base de primer pacto. Primero nos dice que FUE AÑADIDA. Esto quiere decir que no estaba en los planos originales de Dios, sino que fue una anexo. O sea, que Dios nunca planificó salvar al hombre por medio de la ley, sino por medio de la fe (Habacuc 2:4; Hebreos 10:38).

También aprendemos de este texto que la razón que llevó a Dios a hacer este “Anexo” en sus planes fue LAS TRANSGRESIONES. Es decir, que el pueblo que Dios había formado de la simiente de Abraham y a través del cual pensaba traer al Cristo, era un pueblo muy rebelde y pecador. Así que, hasta que se cumpliera la promesa hecha a Abraham de mandar por medio de él a Cristo, ese pueblo necesitaba un freno a sus TRANSGRESIONES  o pecados. De manera que uno de los propósitos principales de la ley fue servir de freno a los Israelita (Gàlatas 3:21-23). La ley les señalaba que eran pecadores (Romanos 3:20)  y les hacía pensar en la necesidad de alguien que los pudiera ayudar a vencer lo que por si solos no podían.

Además aprendemos que esa ley fue dada con un limite muy claro de tiempo: HASTA QUE VINIESE LA SIMIENTE. Una vez que la ley cumplió su propósito, dio paso al cumplimiento de la promesa hecha a Abraham de salvar al hombre por la fe (Gàlatas 3:24,25; Romanos 3:21-24).

En resumen, los propósitos de la ley fueron: a) Señalar al hombre que era pecador  b) Demostrarle que por sí mismo no podía salvarse, ya que necesitaba cumplir con todo sin nunca fallar (Gàlatas 3:10-12). C) Crearle la conciencia de la necesidad de un salvador (Gàlatas 3:24). D) Promover la santidad entre el pueblo de Israel, por medio de frenar las transgresiones (Deuteronomio 7:6,11).

 

ARA QUIENES FUE EL PRIMER PACTO?.

1-Algunos estudiosos de la Biblia dicen que lo que conocemos como el primer pacto principió con  Adán. Esto lo dicen para probar que Adán guardó el día sábado y que Noé también lo hizo al igual que Abraham. Sin embargo ya vimos que Dios hizo pacto con muchos patriarcas, pero no nos referimos a esos pactos como el antiguo testamento. Cuando hablamos del antiguo pacto hablamos de aquel que se estableció a partir de que Moisés recibió las leyes en el monte Sinaì (Nehemìas 9:13,14), y que fue sellado con la sangre de animales (Éxodo 24:6-8; Hebreos 9:19-22).

2- Ese pacto fue con una sola nación: ISRAEL. La razón por la cual Dios la escogió fue simplemente porque eran los descendientes de Abraham y le había hecho una promesa de que así sería (Deuteronomio 7:7-9).

3- Cuando el Señor anunció los 10 mandamientos (Deuteronomio 5:1-21), cuando dio detalles de cómo sería guardado el día de reposo (Éxodo 31:12-17), igualmente cuando habló sobre los diezmos (Levítico 27:30-34) y en muchos otros casos, siempre especificó que estos eran mandamientos de carácter exclusivo para el pueblo de Israel.

4- Para que no quedara lugar a dudas, Moisés al repetirles los 10 mandamientos aclaró muy bien que el pacto no era con sus antepasados, sino con ellos (Deuteronomio 5:1-6), y que tampoco existía otra nación que gozara del privilegio de tener una ley igual (Deuteronomio 4:1,8)

III- OTROS DATOS IMPORTANTES SOBRE EL ANTIGUO PACTO.

La base del antiguo pacto eran los 10 mandamientos (Éxodo 34:27; 1Reyes 8:9), así que el acuerdo estaba sustentado en este decálogo y en otras muchas leyes de carácter moral, ceremonial, y hasta sanitario.

No es cierto que los 10 mandamientos son la ley moral y los otros mandamientos la ley ceremonial. Hay muchos mandamientos fuera de los 10 que tienen que ver con moralidad (Por ejemplo Levítico 19:18; Éxodo 23:1-3). Por otra parte el cuarto mandamiento de los 10 que tiene que ver con el día de reposo, no tiene nada que ver con moralidad.

Tampoco es cierto que los 10 mandamientos son la ley de Dios y los demás son la ley de Moisés. Todos son mandamientos de Dios, dados por medio de Moisés (Nehemìas 9:14).

También algunos creen que los Salmos no forman parte del Antiguo pacto, pero Jesucristo dice que si (Lucas 24:44-46).

También es bueno entender que el antiguo testamento testifica sobre su carácter transitorio al anunciar días en que el Señor haría un nuevo pacto (Jeremías 31:31-34).

En conclusión hay que entender que la profecía de Jeremías se cumplió unos 700 años después con la llegada del nuevo pacto (Véase Hebreo 8:8-13). Que Cristo no vino a abrogarlo, sino a cumplirlo (Mateo 5:17-20) y que de hecho lo cumplió (Juan 19:30) y lo quitó de en medio y lo clavó en la cruz (Colosense 2:13-17). Que también clavó en la cruz los 10 mandamientos que el Espíritu Santo a través de Pablo lo llama “El ministerio de muerte” (2Corintios 3:6-18).

Hoy vivimos bajo la ley de Cristo (1Corintios 9:19-21). La ley de la libertad (Santiago 1:25), la ley real (Santiago 2:8). La cual nos prohíbe todo lo que le hace daño a nuestra alma y ofende a Dios y lo hace condenando el pecado desde el corazón (Mateo 5:28; 1Juan 3:15).

IV- NOSOTROS VIVIMOS BAJO EL NUEVO PACTO.

El plan de Dios desde un principio fue salvar al hombre por medio de Cristo (Génesis 3:15). Para hacerlo el Señor escogió a Abraham. De los hijos de Abraham escogió a Isaac. De los Hijos de Isaac escogió a Jacob o Israel y de los doce hijos de Israel eligió a la tribu de Judà para traer al salvador. Todo esto lo hizo dentro de un maravilloso plan y cada cosa en su tiempo (Véase con cuidado Efesios 1:3-10).

 Ahora vivimos bajo el nuevo pacto. A muchos les cuesta entenderlo y se esfuerzan en guardar asuntos de la ley que fueron abolidos como guardar ciertos días o abstenerse de ciertas comidas. Otros, en un ejercicio de inconsistencia toman del antiguo testamento practicas según su conveniencia. Por ejemplo, los diezmos y el uso de instrumentos mecánicos musicales en el culto de adoración a Dios.

En el pasaje de la transfiguración (Mateo 17:1-5), el Padre dejó claramente establecido que no a Moisés (Representante de la ley), ni es a Elías (Representante de los profetas), sino a Cristo a quien tenemos que oír. Él tiene toda potestad en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18). Él es la cabeza de la iglesia (Colosenses 1:18), de manera que todo lo que hagamos, debe hacerse en su nombre (Colosenses 3:17).

Cristo es la voz autorizada por el Padre para hablarle al hombre hoy. El Señor hablo en otro tiempo de muchas maneras. En la era patriarcal habló por boca de los jefes de familia. En la era Judaica habló por medio de Moisés y otros profetas. En esta última era de la humanidad nos habla a través de su hijo (Hebreos 1:1).

Cristo nos habla a través de su palabra revelada en el nuevo testamento. Él inspiró con el Espíritu Santo a los Apóstoles (Juan 16:12,13; 14:26,27). Los apóstoles predicaron (Hechos 2:4) y escribieron por inspiración divina (1Tesalonisenses 2:13; 1Corintios 14:37). Hoy la iglesia de Cristo persevera en la doctrina de los apóstoles, que es lo mismo que decir, en la doctrina de Cristo (Hechos 2:42; 2Juan 9).

V- ¿PARA QUIENES? Y ¿HASTA CUANDO?.

A diferencia del antiguo pacto que era con solo una nación, el nuevo por el contrario es para todas las naciones. Cuando Cristo dio instrucciones a sus Apóstoles, les mando a ir por todo el mundo y hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 28:19).  De manera que aunque el evangelio comenzara a predicarse desde Israel, sin embargo debía llegar hasta los último de la tierra (Hechos 1:8).

El apóstol Pedro predicó por inspiración de Espíritu Santo diciendo que la promesa de Dios era para los judíos que estaban presentes el día de Pentecostés, pero también era para sus hijos Y PARA TODOS LOS QUE ESTAN LEJOS, entiéndase los gentiles o personas de otras naciones (Hechos 2:39; Efesios 2:11-13).

Aunque el apóstol inspirado dijo eso, sin embargo fue mucho tiempo después cuando entendió el significado de esas palabras, cuando Dios le reveló en una visión que debía ir a predicar a casa de Cornelio, que resulto ser oficialmente el primer gentil convertido al cristianismo (Hechos 10:34,35).

De modo que aunque mucha gente piensa que las leyes de Dios hoy son solo para los cristianos, la verdad es que todo ser humano va a ser juzgado por ella (Juan 12:48). De ahí que el llamado de los siervos de Dios sea al arrepentimiento para todo hombre en todo lugar (Hechos 17:30,31).

Este pacto o acuerdo que comenzó con la muerte de Cristo (Hebreos 9:16,17), estará en vigor hasta que Cristo venga por segunda vez a destruir al mundo y a juzgar a vivos y muertos (2Pedro 3:10-14; Apocalipsis 20:11-13)

Aunque no debemos menospreciar nunca el Antiguo Pacto, pues su creador es Dios, sin embargo si debemos destacar la superioridad del nuevo con relación al viejo.

El Nuevo pacto es mejor entre otras cosas porque está establecido sobre mejores promesas (Hebreos 8:6). Es mejor porque el antiguo hacia descansar sobre el ser humano imperfecto la obligación de cumplir la ley sin fallar, lo que lo convertía en un pacto con defecto (Hebreos 8:7). Y sobre todo porque el nuevo pacto fue sellado con la sangre de nuestro Señor Jesucristo (Hebreos 10:28,29).

 Las leyes del Antiguo Pacto no son para nosotros en este tiempo, pero sus enseñanzas si lo son Romanos 15:4  "Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra aenseñanza se escribieron, a fin de que por la bpaciencia y por la consolación de las Escrituras, tengamos cesperanza."

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